Estamos emocionados presentarle a una de las dos nuevos beneficiarios de becas de Para Adelante – Angélica María Quisque Alquijay, que estudiará psicología para ayudar a otros. Por favor, vea su biografía abajo.

Mi nombre es Angélica María Quisque Alquijay, nací en Sumpango departamento de Sacatepéquez Guatemala. Soy la sexta de siete hermanos. Mis papas son de origen humilde. Desde que tengo recuerdos, siempre ha sido duro lograr lo poco qué tenemos. Mi vida ha sido dura desde niña, cuando tenía 3 años de edad mi mamá muere por motivo de un accidente que le provoco un parto de alto riesgo porque ella estaba embarazada de mi séptima hermana. Me toco crecer sin mi mamá y mi papá nunca se dio cuenta que solo éramos unos niños, mis hermanos y yo, y que necesitábamos de él. De él solo recibimos palabras duras y muchos golpes físicos, él siempre me hacia entender que yo no era inteligente y que quería hijos mejores. Siempre inferior a él, así pasaron los años.
Cuando tenía 9 años mi papá decide unirse a otra persona para rehacer su vida pero en donde yo no seria parte de eso. Para ese entonces yo iba a la primaria en una escuela pública, no tenía atención en mi casa, la atención de mi papa era para su esposa y sigue siendo para ella, él no se preguntaba si tenía zapatos o un lápiz o si tenía lo necesario. Teniendo la edad de 13 años logre terminar mi primaria y mi papá me dice que no es necesario seguir estudiando. Y entonces me toca trabajar, empecé trabajando en un atienda a unas cuadras de la casa, no muy amable la señora por cierto, cinco meses después entre a trabajar en lugar donde se empacan verduras: ejotes, arvejas cosas así, en donde el trabajo se realiza más por las noches. El trabajo era duro y cansado. Desde que logre ganarme mis primeros quetzales, me toco ayudar con los gastos de la casa “aportar mi parte” decía mi papá. En esa empacadora trabaje por 7 años. Pero había algo que soñaba poder estudiar cómo lo hacían los demás. Cuando los veía salir con sus uniformes y sus cosas, era frustrante para mi no tener esa oportunidad.
A la edad de 19 años creo que fue la primera vez que tome una decisión para mi bien ponerme a estudiar los fines de semana y así lo hice. También me puse a tocar puertas de las personas para poder encontrar un trabajo porque me vi obligada a dejar el anterior por motivos de salud. Logre encontrar un trabajo cuidando niños y limpiando, así fue como pague mis básicos y saque adelante las responsabilidades de la casa. Al iniciar mi diversificado fue otro reto más para mi vida. Yo se que ya era mayor de edad para ese entonces y sabia valerme por mi misma, pero siempre es necesario contar con el apoyo de los papas y de la familia y es muy triste no tenerlo. Vivir en tantas carencias en donde el calor de hogar no existe, ni las comodidades necesarias. Estar tan sola y ser alguien que es un cero a la izquierda y sentir que no sirves para nada y menos para esta vida y aparte de todo eso cumplir con responsabilidades que no te corresponden y no tener la fuerza para decir no.
Hoy en día sigo con la responsabilidad de un hermano mayor a causa de un accidente, el queda con discapacidades físicas y mentales severas desde hace 25 años, de quien no puedo ni debo dejarlo a su suerte y hasta que me permita la vida lo voy a seguir ayudando. Son responsabilidades o cargas que impiden seguir construyendo mis sueños. Se que debería de haber formado mi propio hogar pero es algo que me da miedo fallarles a los míos cómo me fallaron a mi. Por estas razones quiero ser una mujer que logre sus sueños, que alcance mis metas para ayudar a los demás de alguna forma o manera. Quiero quitarme mis miedos y darme la satisfacción de que soy importante y que tengo la capacidad y el amor para lograr lo que sea en la vida.
Me inquieta la idea de impartir charlas, pláticas, talleres que ayuden a cambiar la manera de pensar de los seres humanos, la manera de ver la vida una equidad entre hombres y mujeres en donde nadie es más qué nadie, con las mismas oportunidades. Orientando a la mujeres maltratadas, niños abusados, explotados, jóvenes que se sienten sin rumbo, en fin tanto que hacer por las familias y sobre todo en nuestro caso de nosotros que nuestro origen es indígena la forma de pensar y de una equidad no es muy accesible.
Antes de ayudar a alguien más, estoy segura que la que tiene que cambiar y ser alguien mejor soy yo, luego ayudar a los que me rodean y seguir con el círculo y poder llegar a donde hoy no lo imagino y hacer este mundo un lugar mejor.